miércoles, 27 de agosto de 2008

Sociedad de Masas.

La sociedad de masas.
La presencia del concepto de sociedad de masas es fundamental para la comprensión de la teoría hipodérmica, que en ocasiones se reduce a una ilustración de algunas características de la sociedad de masas. Las variantes aplicadas a este concepto son diversas: el pensamiento político del siglo XIX de carácter conservador señala en la sociedad de masas el resultado de la progresiva industrialización, de la revolución en los transportes, en los comercios, en la difusión de valores abstractos de igualdad y de libertad. Estos procesos determinan la perdida de exclusividad por parte de las élites que se encuentran expuestas a las masas. El debilitamiento de los vínculos tradicionales (de familia, de comunidad, de asociaciones profesionales, de religión, etc.) contribuye a debilitar el tejido conectivo de la sociedad y a preparar las condiciones para el aislamiento y la alienación de masas.
Un filón distinto está representado por la reflexión sobre la cualidad del hombre-masa, resultado de la desintegración de las élites. Ortega y Gasset (1930) describe en el hombre-masa la antítesis del humanista culto. La masa es el juicio de los incompetentes, representa el triunfo de una especie antropológica que recorre todas las clases sociales y que basa su propio papel en el saber especializado vinculado a la técnica y a la ciencia. Desde este punto la masa “es todo lo que no se valoro a sí mismo ni bien ni en mal mediante razones especiales, pero que se siente “como todo el mundo” y sin embargo no se angustia, es más se siente a sus anchas al reconocerse idéntico a los demás” (Ortega y Gasset,1930, 8).
La masa arrasa todo lo que es diferente, singular, individual, cualificado y seleccionado (Ortega y Gasset, 1930, 12). Aunque el ascenso de masas indica que la vida media se mueve a un nivel superior a los precedentes, las masas sin embargo revelan un absurdo estado de ánimo: sólo están preocupadas por su bienestar y, al mismo tiempo, no se sienten solidarias con las causas de este bienestar ( Ortega y Gasset, 1930, 51), mostrando una absoluta ingratitud hacia lo que les facilita la existencia.
Simmel, observa que la masa es una formación nueva, que no se basa en la personalidad de sus miembros, sino sólo en aquellas partes que unifican a cada uno con todos los demás y equivalen a las formas más primitivas a ínfimas de la evolución orgánica. Evidentemente aquí no cabe ningún comportamiento que presuma proximidad y reciprocidad de varías opiniones distintas. Las acciones de la masa apuntan a su meta e intentan llegar a ella por la vía más breve: esto hace que lo que las domine sea siempre una única idea, la más sencilla posible. No suele ser habitual que, en sus conciencias, los miembros de una gran masa posean un amplio abanico de ideas en común con los demás. Por otro parte, dada la complejidad de la realidad contemporánea, cada idea simple debe ser también la más radical y exclusiva (Simmel, 1917,68).
Al margen de las contraposiciones filosóficas, ideológicas y políticas en el análisis de la sociedad de masas interpretada como la época de la disolución de las élites o de las formas sociales comunitarias, bien como una estructura social más compartido, o bien como una estructura de social originada por el desarrollo de la sociedad capitalista, algunos rasgos comunes caracterizan la estructura de masas y sus comportamiento: las masas están constituidas por una agregación homogénea de individuos que en cuanto miembros son sustancialmente iguales, no diferenciables, aunque procedan de ambientes distintos, heterogéneos, y de todos los grupos sociales.
Las masas además se componen de personas que no se conocen, espacialmente separadas unas de otras, con escasas o ninguna posibilidad de interactuar. Finalmente, las masas carecen de tradiciones, reglas de comportamiento, leadership y estructura organizativa (Blumer, 1936 y 1946). Esta definición de masas es importante porque en primer lugar, enfatiza y corrobora el elemento central de la teoría hipodérmica, es decir, el hecho de que los individuos permanecen aislados, anónimos, separados atomizados. El aislamiento de cada individuo particular en la masa anónima es por tanto el requisito de la primera teoría sobre los media. Dicho aislamiento no sólo es físico y espacial, es también de otro tipo: Blummer, en efecto señala que los individuos en cuanto a componentes de la masa están expuestos a mensajes, contenidos, acontecimientos, que van más allá de su experiencia, que se refieren a universos de significado y de valor que no coinciden necesariamente con las reglas del grupo del que el individuo forma parte. En este sentido la pertenencia a la masa dirige la atención de los miembros lejos de sus esferas culturales y vitales, hacia áreas no estructuradas por modelos o expectativas (Freidson, 1953, 199).
El factor de aislamiento físico y normativo del individuo en la masa es lo que explica en gran parte el interés que la teoría hipodérmica concede a la capacidad manipuladora de los primeros medios de comunicación de masas. Una segunda razón importante en está caracterización de las masas es su continuidad con parte de la tradición europea del pensamiento filosófico-político: las masas son una agregación que surge y vive más allá y contra los vínculos comunitarios preexistentes, que resulta de la desintegración de las culturas locales, y en la que los papeles comunicativos son impersonales y anónimos. La debilidad de la audience indefensa y pasiva deriva de esta disolución y fragmentación.
Por tanto, según la teoría hipodérmica cada individuo es un átomo aislado que reacciona por separado a las órdenes y a las sugerencias de los medios de comunicación de masas monopolizados (Wright Mill, 1963, 203) Si los mensajes de la propaganda consiguen llegar a los individuos de la masa, la persuasión puede ser fácilmente inoculada: es decir, si se da en el blanco, la propaganda obtiene éxito preestablecido.

1 comentario:

Alejo dijo...

Citen, es muy importante hacerlo. Este es un extracto literal de la introducción a la investigación de masas de Mauro Wolf. Si no citan parece que uds escribieron eso, y no es así.